Esta agricultura considera a la Tierra como un ser vivo que es capaz de ofrecer al ser humano los alimentos que necesita para su desarrollo, no solo material sino también anímico y espiritual. Los alimentos procedentes de la agricultura biodinámica reúnen las fuerzas vitales, a través del trabajo consciente de los agricultores.
El prefijo “bio” hace referencia al método ecológico de cultivo, en el que no se utilizan productos químicos de síntesis en el abonado o en la lucha contra las plagas. Con “dinámica” se hace referencia a algo realmente novedoso, que es lo que marca la diferencia con el cultivo de agricultura tradicional o ecológica, ya que aunque comparte sus métodos básicos al 100%, se introduce este nuevo concepto a partir de las enseñanzas que Rudolf Steiner dio en junio de 1924. El método se basa en las ocho conferencias que se dieron a un grupo de agricultores, que ya en aquel entonces se dieron cuenta de que las semillas, la tierra y los cultivos mismos habían entrado en un proceso degenerativo apreciable.
La agricultura biodinámica pone al alcance del ser humano el conocimiento de cómo lo vivo se desarrolla en toda su amplitud y del papel que cumple el agricultor en su trabajo diario entre las fuerzas terrestres y del cosmos, como mediador en los procesos vivientes.
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